La primera impresión cuenta, ¡vaya si cuenta! Porque si consigues que ya solo con el título de tu post o tu artículo el lector se quede pegado a la pantalla, puedes subirte al podio de los vencedores y recibir aplausos.
“¿Te lo quieres jugar todo a una carta? Apuesta por el título. Si aciertas, has ganado un lector (puede que para siempre)”.
Has pasado la primera prueba: la de conseguir llamar la atención.
Después de esa primera impresión, queda por delante una larga y esperemos que fructífera relación entre tu lector y tú. Pero recuerda siempre que fue ese primer momento, con solo diez o quince palabras, cuando surgió la chispa.
Ladies and gentlemen, hoy toca hablar de títulos.
Un título tiene que asombrar, o intrigar, o provocar, o hasta desconcertar.
La cuestión es que el ojo de tu posible futuro lector se quede pegado al titular y quiera más.
Porque de nada sirve que te esfuerces en crear contenidos valiosos si no se llegan a leer. Vale que tu mayor preocupación sea la calidad de tus posts, pero si solo los lees tú y tu hermana, mal vamos.
Ten en cuenta que juegas con 3 factores en contra.
La gente va con (mucha) prisa. Por las autopistas online se circula rápido. La mayoría de los usuarios no lee o lee poco. Escanean más bien. El scroll es automático
Hay mucha competencia. Al lado de tu contenido hay decenas, cientos, miles de contenidos dándose codazos para estar en las primeras filas.
La capacidad de atención es limitada. El uso de las redes nos somete a muchos microimpactos muy seguidos, y todos quieren llamar nuestra atención. El cerebro, para no agotarse selecciona aquellos que considera que tienen “algo” distinto.
Por todo eso, el título es una baza que tienes que aprovechar
Mira estos dos titulares:
– Receta del brownie de chocolate
– Cómo preparar un brownie de chocolate capaz de provocar orgasmos (gastronómicos)
¿Nos hemos pasado? Tú dirás. Pero responde: ¿cuál crees que será la receta más leída?
Pues por ahí van los tiros. Vamos a ver algunas pistas para crear buenos títulos:
Las preguntas son como hacerle cosquillas al cerebro: lo invitan a querer una respuesta. Sobre todo si apuntas directamente a algo que suponga un “dolor”.
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Las partículas interrogativas iniciando un título son otro recurso interesante. Empieza por un “Qué”, “Cómo, o “Por qué” y estarás creando la necesidad de leer más.
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Los verbos en imperativo son… eso, imperativos. Estás diciéndole a tu lector que se levante de su silla (virtual) y tome decisiones relevantes: consigue, haz, aprende, utiliza…
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O títulos desconcertantes. Indican el tema pero te dejan con la mosca detrás de la oreja.
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Los post tipo lista, aunque son muy habituales, siguen funcionando como gancho.
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A la gente le gusta que le hablen en un registro cercano y hasta agradece un poco de informalidad. Así que experimenta con palabras que se salgan un poco del léxico habitual.
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Ojito con esto, que cagarla es muy fácil:
Muchas veces el título es lo único que se va a ver antes de pinchar para ir al resto del contenido, por tanto redáctalo como una unidad independiente.
Si por hacer una gracieta dejas el significado en el aire (confiando en que el usuario seguirá leyendo) puedes llevarte un chasco.
No puedes perder de vista que tu objetivo siempre es posicionar, así que la keyword tiene que ir en su sitio. No vale sacrificarla en el título, u olvidársela, o pasar de ponerla porque no te cabe.
Y hasta aquí nuestros Isauraconsejos de hoy. Esperamos que sueltes un poco la mano al escribir y a partir de hoy tus títulos sean un ejemplo a seguir.
Si quieres saber alguna cosilla más concreta (de esas que solo le contamos al oído a nuestros clientes) entonces escríbenos y cuéntanos qué te ronda la cabeza.
Somos todo oídos.
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