¿A que cuando eras un peque te gustaban los cuentos? Pues ahora que tienes unos añitos, te encanta que las marcas te cuenten un relato. En marketing hablamos de storytelling: una varita mágica capaz de crear conexiones muy potentes con tus clientes.
¿Crees que no tienes nada interesante que contar? Siempre hay una historia. Solo hay que saber narrarla.
Si a ti te gusta que te cuenten historias, ten muy claro que a tus clientes también.
Así que si tienes una empresa o una marca que defender, apunta esto: el storytelling es una de tus mejores armas para meterte a tu audiencia en el bolsillo.
¿Te apuntas a contar historias?
Seguro que si nos tomamos un café y empezamos a hablar de marketing, recuerdas más de un anuncio que te impactó por alguna razón.
Quizá hayan pasado años, pero ahí sigue, en tu memoria.
Las grandes marcas saben mucho de esto.
Pero hoy no vamos a hablarte de Apple, Nike o Audi. A esos los conoces de sobra.
También podríamos ponerte algún ejemplo más “de aquí”. ¿Puedes recordar algún anuncio de la Lotería de Navidad?
Son ya unos clásicos, si hablamos de storytelling. Llevan la estrategia al límite de la lágrima. Y funciona, vaya si funciona.
Pero tú no eres Apple ni la Lotería de Navidad. ¿Puedes usar esta estrategia?
Por supuesto que puedes. Y le vas a sacar muchísimo partido.
Hay lugares que parecen hechos para contar historias. Tu blog, por ejemplo. O las redes sociales (los stories se llaman así por algo).
Pero hoy vamos a centrarnos en estos tres:
Hay un lugar en tu web donde no puede faltar una buena historia.
¿Sabías que la página de “sobre mí” o “quiénes somos” es una de las más visitadas? Así es, porque los clientes quieren conocer a la persona que está detrás del negocio.
Y eso es porque las historias interesan, y mucho, que no todo va a ser la compra impersonal en Amazon o Aliexpress.
Quién eres, cuál es tu trayectoria, por qué acabaste en este sector, qué valores te mueven, cuál es tu propósito, qué te gusta hacer cuando no trabajas, qué diría de ti tu abuela si le diesen un micrófono… O sea: storytelling.
Consejillo rápido: huye de las frases hechas. A nadie le va a emocionar que tengas veinte años de experiencia en el sector. Ni que tengas un equipo multidisciplinar de colaboradores. Y mucho menos, que en tu negocio, tradición y vanguardia se den la mano, o seáis la punta de lanza de alguna cosa.
Atrévete a ser un poquito original. Y da igual a qué te dediques o que pienses que tu negocio no “da juego para eso” porque es serio. Qué pasa, ¿que vendes seguros? ¿Y?
Si te apasiona tu trabajo, será por algo. Echa un vistazo a este “Sobre nosotros” y luego nos lo cuentas.
No dejes pasar la oportunidad de poner “guapas” tus fichas de producto con una buena historia.
Un relato hace cualquier producto más atractivo.
Imagínate que quieres comprar queso…
¿Sabías que en los años 90, unos queseros italianos llegaron a la comarca gallega de Arzúa y que ahora se fabrica allí el Galmesano, un queso al que llaman “el parmesano gallego”?
O, quizá, quieras probar el Sugaar, de oveja y fabricado en Guipúzcoa, después de saber que ese queso surge cuando fallece un gran maestro quesero, y uno de sus trabajadores da con una fórmula espectacular.
¿Y no te gustaría ayudar a que el queso Pata de Mulo no desaparezca? Y de paso darte el gustazo de probarlo, claro, después de conocer la historia de Francisco, Teresita y su quesería.
Las fichas de producto de Quesería Cultivo dan hambre. Te avisamos.
¿Quieres redondearlo? Capta la atención con títulos molones.
El email marketing ya es una estrategia ganadora (siempre que hagas las cosas como las tienes que hacer), pero si le sumas una buena dosis de storytelling engancharás a tu audiencia para siempre.
Dicen que hoy en día no se lee o se lee poco.
No es así. Leemos lo que llama nuestra atención y nos provoca el suficiente interés. Y el email es un medio con un potencial fabuloso.
Verás, en el siglo XIX los lectores se enganchaban a las novelas por entregas. Así se escribieron Los 3 Mosqueteros o El conde de Montecristo.
No te decimos que te tengas que convertir en un Dumas para tener éxito, pero sí que las historias fragmentadas, con una dosis de hype bien manejada, pueden hacer maravillas hoy igual que hace dos siglos.
Los emails diarios con una píldora de storytelling, logran mantener a tu audiencia conectada.
¿Sabes quién es Migue? Pues Migue es agricultor y recoge aceituna en el Olivar de San Miguel, en Córdoba.
Cuando compras aceite en la web de Mi Oliva Gourmet y te suscribes a sus emails, recibes historias.
Por ejemplo, este año la elaboración del aceite de cosecha temprana se retrasó un poco por la lluvia. Si llueve, no se puede salir a recoger la aceituna. Tú eso no lo sabes, pero Migue te lo cuenta.
¿No le añade un plus de emoción, saber la historia del aceite que en unas semanas estarás usando para aliñar tus ensaladas?
Nosotros creemos que sí 😉
Si quieres más ideas sobre cómo hablarle a tu audiencia, te recomendamos este post sobre copywriting emocional.
Si te gusta saber la historia del pequeño hotel rural que eliges para el fin de semana, o la del bolso de artesanía que vas a comprarte online, o la de la bodega que hace ese vino que probaste el fin de semana… ¿Por qué no cuentas tú tus propias historias para despertar las emociones de tus clientes?
Oye, y si necesitas ideas, nosotros de eso tenemos lo que haga falta. Pero claro, antes tienes que llamarnos.
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