
Tranqui, que no te vamos a mandar a las trincheras. Aquí de lo que se trata es de llamar la atención y que tu audiencia haga de altavoz. Una manera de hacerlo es el marketing de guerrilla.
“¿Tomamos las calles para promocionar tu marca? ¿Te atreves a salir a liarla parda?”.
El marketing de guerrilla no es nuevo, pero si tiene ingenio y llega en el momento adecuado, funciona muy pero que muy bien.
Y encima te puede salir muy barato, que eso siempre es interesante.
Hoy te contamos algunas cosas sobre el marketing de guerrilla y cómo se puede aplicar con éxito a una estrategia.
Empezamoooos…
El marketing de guerrilla se refiere a acciones promocionales que se caracterizan por generar un alto impacto con un coste mínimo.
Aún así, eso del coste tiene matices. Tiene fama de que es una opción para emprendedores y empresas con presupuestos justitos, pero también las grandes empresas tiran de vez en cuando de este tipo de promoción (y no se gastan poco).
La cuestión es que aquí no importa tanto el dinero como la capacidad de impactar con la acción y que se viralice.
De todas formas, que sea “de guerrilla” no quiere decir que no esté estudiado al milímetro, máxime si viene de una marca con su equipo de marketing exprimiéndose las neuronas para crear impacto.
Como el resto de las campañas, las acciones de marketing de guerrilla pasan por definir el público al que van dirigidas, establecer objetivos, elegir los canales más adecuados para su difusión y monitorizar el impacto.
Así que de casuales tienen poco, aunque se trata de que lo parezca.
(¿Quieres saber más sobre estrategias de marketing? Aquí te contamos las tendencias de este 2021)
Para que funcione, el marketing de guerrilla tiene que reunir una serie de condiciones. Tomar nota de las 3 más relevantes:
Hay distintas fórmulas para crear este tipo de acciones. Te contamos alguna.
El flashmob, por ejemplo, grupos de personas que “espontáneamente” hacen algo en conjunto en un lugar público: un baile, cantar una canción, una representación teatral…
Echa un vistazo a este de British Airways en el aeropuerto de Moscú, con el objetivo de invitar a los usuarios a visitar el Reino Unido.
También Nivea promocionó en la calle una de sus cremas, con bomberos incluídos. Un fiestón.
Banco Sabadell apostó por Beethoven en la calle, con coro de los de poner los pelos de punta. Directo a la emoción.
El ambient marketing es otra forma de marketing de guerrilla. Consiste en alterar elementos cotidianos (urbanos normalmente, en sitios muy transitados) con rasgos de la marca que se quiere promocionar.
Por ejemplo: pintar murales, decorar autobuses, tunear farolas… También se pueden colocar elementos en la calle que inviten al peatón a hacer alguna cosa, como forma de implicarlo en el mensaje que se quiere transmitir.
Aquí puedes ver varios ejemplos de ambient marketing con fines solidarios, así como el resultado de esas acciones.
(Si te interesa, hay más formas de que tu empresa se implique en causas sociales).
Y te vamos a contar el último ejemplo que hemos visto en redes: Cruzcampo y su campaña Con Mucho Acento (¿no has visto el vídeo en el que “resucitan” a Lola Flores? Estás tardando).
Pues bien, hace poco salieron a la calle a localizar muros con pintadas de odio y cambiarlos por otros con mensajes inclusivos. Con sus baldes de cola y cepillos para pegar carteles.
Puedes verlo aquí.
Oye, que si lo haces bien a lo mejor se viraliza y lanza tu marca al estrellato. O si no llegas tan alto, la habrás reforzado con una campaña original y llamativa. Y todo suma.
Puede ser un tipo de publicidad muy efectiva, sobre todo si la unes a otras estrategias. ¿Tienes alguna idea loca que nos quieras comentar? Estamos deseando oír propuestas imaginativas y audaces. ¡El marketing es para valientes!
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