¿Y no llevamos hablando de esto desde el principio? Sí, pero lo retomamos para no perder la perspectiva. El objetivo del copywriting es lograr conversiones, que en este caso quiere decir vender, vender, vender.
Más claro, agua. Y esos resultados son medibles.
Hay muy buenos redactores, capaces de crear textos con valor añadido que les encanten a tus clientes. Pero sin embargo, no convierten. Y si no convierten no son lo que buscas.
Y esto nos lleva un consejo antes de terminar: contrata a un profesional.
Pero no solo un copywriter profesional (ya lo damos por hecho) sino a uno especializado en moda. Que los hay. Porque conocerá el sector, sus necesidades y su lenguaje. Y porque no es lo mismo escribir turismo, gastronomía, belleza o ropa. Cada segmento tiene sus trucos y aquí, como en todo, la experiencia es un grado.