No nos referimos a que conviertas tu web en un thriller, sino a que apeles a las emociones de tu audiencia.
Tus contenidos tienen que emocionar. Y más aún, tienen que crear lazos emocionales. Es condición previa y fundamental para que se produzca esa magia (llámalo engagement) que todos buscamos.
Más tarde viene la parte donde tu cliente saca la tarjeta y tú cierras una venta, pero primero: empatiza.
Para eso es fundamental que estudies a fondo cómo es tu público objetivo y que te comuniques con él en el tono correcto.
Para más señas, este post sobre copywriting emocional.