
No es solo lo que vendes, sino cómo lo vendes. Para un ecommerce, el packaging puede llegar a ser tan importante como el producto en sí.
“¡La primera impresión cuenta! Cuida el packaging de tu ecommerce y enamora a tus clientes”.
En un mercado en el que es imprescindible diferenciarse, el packaging puede ser lo que marque distancias entre tu competencia y tú.
No solo protege el contenido, también puede transmitir los valores de la marca y contribuir a mejorar la fidelidad del cliente.
Cuidar los detalles a la hora de hacer un envío es una forma de hacerle un guiño a tus clientes. Y si eliges un packaging sostenible, mejor que mejor.
Vamos a ver algunas cositas sobre esto…
El packaging en un ecommerce es un elemento más para la creación de la imagen de marca y la experiencia que el cliente tiene al recibir su pedido. Y, por eso mismo, influye directamente en la fidelidad de los clientes y en las ventas.
Es, por tanto, un ingrediente más que suma para el éxito de un negocio digital.
¿A quién no le hace ilusión abrir un paquete, no solo eficaz (es decir, diseñado para que el producto llegue en buenas condiciones a su destino), sino también bonito y lleno de detalles?
Además, un buen packaging está en línea con los valores de “la casa”, transmite un mensaje coherente y despierta emociones, generando un impacto positivo en la mente del cliente.
¿Resultado? Una experiencia de usuario muy mejorada.
Por el contrario, un embalaje poco cuidado deja al usuario indiferente… en el mejor de los casos.
Muchos usuarios concienciados con el cuidado medioambiental penalizan el uso de materiales no reciclables o biodegradables, y también el sobreempaquetado, es decir, que su producto llegue en un embalaje innecesariamente grande.
En resumen, un mal packaging puede crear una experiencia negativa y estropear el esfuerzo que haces con otras acciones de marketing. Y por eso, es importante integrar el packaging en una estrategia, como otro eslabón más de la cadena.
Estas son las 3 cosas que tienes que tener en cuenta:
De nada sirve que elijas un packaging cuqui si no es el adecuado para evitar desperfectos durante el transporte.
El primer cometido del empaquetado es conseguir que el producto sufra daños durante el transporte. Ten en cuenta el tamaño, el peso y la fragilidad del producto para seleccionar el material y la forma de embalaje correctos.
En algunos casos, puede ser necesario utilizar acolchados y rellenos para evitar que el producto se mueva dentro del paquete. Además, hay que asegurarse de que el packaging cumpla con las normativas y regulaciones de transporte vigentes.
Y, ojo, que algunos productos pueden necesitar etiquetados especiales, dependiendo del tipo de transporte que se vaya a utilizar.
La optimización del espacio que ocupan los paquetes es clave para reducir costes en el transporte. Por eso, de nuevo, el packaging más grande no siempre es el más conveniente.
Otra estrategia para optimizar costes es utilizar embalajes múltiples o paquetes en kits, empleando estrategias de cross selling. Si algunos productos se venden frecuentemente juntos, envíalos en un kit para ahorrar en costos de envío y mejorar la experiencia del cliente.
El packaging es una oportunidad para hacer que un paquete sea el reflejo de la identidad de la marca.
Los colores, el diseño, los materiales y las técnicas de impresión deben utilizarse de forma que destaquen los rasgos y cualidades que la marca quiere transmitir.
Por ejemplo, si tu ecommerce vende cosmética orgánica, lo lógico es que se utilicen materiales respetuosos con el medio ambiente que reflejen el compromiso de la marca.
O si tu ecommerce vende productos de alta gama, elige para el empaquetado materiales de calidad, que transmitan la idea de exclusividad y elegancia.
Por último, haz que el branding tenga protagonismo en el embalaje, para que refuerce la identidad visual y facilite el reconocimiento de la marca.
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